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Las técnicas constructivas de la cerámica Nasca

El aspecto final de éstas piezas, por el colorido como por la superficie brillante exigieron un período de constante experimentación con la arcilla y los tintes minerales además de los conocimientos ya adquiridos. Vimos que la técnica de pintura pre-cocción fue un aporte extranjero en la transformación de la cultura Paracas.

La pasta usada para la cerámica es de grano muy fino y cuidaron que el desgrasante tuviera las mismas características para lograr una pasta homogénea con poca diferencia visible entre ambos elementos y resultar en paredes de unos 3 Mm. de promedio, variando, por supuesto según las zonas de una pieza.

Hecha la combinación entre la arcilla fina y el desgrasante se procedía a la creación de la forma. Una característica general de ellas es la base cóncava, permitiendo balanceo sobre una superficie plana pero estabilidad sobre superficies de arena.

Se forma la pieza por modelado usando la técnica del enrollado, alisando las paredes antes de secarse la arcilla. En muchos casos hay impresiones de tejidos llanos en la base, textiles que se usaron como soporte para formar la pieza. En el caso de las botellas, los picos se crearon aparte con ayuda de un alma de palo ó caña y luego eran aplicados a los orificios dejados expresamente en el cuerpo. El asa puente plana se aplicaba luego entre los picos. Las fracturas en éstas zonas de unión demuestran los pasos en el acoplamiento de las partes. Esta técnica se usó también con las piezas escultóricas, que representan frutas ó divinidades. El relieve se logró tanto con el modelado de la forma general, con presiones en la cara interna de la pieza, como con aplicaciones de arcilla con las formas requeridas, que suelen ser variadas cuando completan a un personaje: tocado, nariguera, soportes, orejas y en algunos casos extremidades.

Las características de detalles en las piezas escultóricas predominan durante el período temprano y luego se simplifican en los períodos posteriores.

La superficie fue entonces alisada, con los dedos ó con una tela, para evitar irregularidades en el interior de platos, tazas, vasos, y en la superficie externa de las botellas, antes de aplicar la decoración pictórica. Dos partes de la pieza no presentan usualmente pintura: la parte inferior del asa puente y durante las fases Temprana y Media la base cóncava de las piezas que conservan el tono naranja resultado de la cocción con atmósfera oxidante.

Dispuestos los diseños pintados, que comentaremos más abajo, y seca ésta previa a la cocción, la superficie es acabada con la espátula, comprimiendo los cristales de los tintes minerales ó vegetales, lo que proporciona en la cocción un efecto de lustre a la superficie. Esta técnica se nota mejor en las piezas globulares y con superficies sin relieve por la intensidad de la espátula en ellas. Los picos y el asa puente no tienen un brillo tan intenso. Esta técnica se usó aún en piezas que no tenían decoración pictórica como las piezas utilitarias: interior y paredes externas de platos, ollas, cantaros. Es posible que hayan dispuesto de un líquido particular que acrecentaba el brillo de sus paredes.

Plasmada la decoración pictórica se procedió a la cocción de las piezas en hornos oxidantes como lo demuestra el color naranja claro/amarillento de la pasta en zonas donde no hay pintura. Los defectos producidos en la cerámica por imperfección del horno se ven en las "nubes" de humo en la superficie exterior e interior a causa de alteraciones del fuego.

Escrito por :Alexis Guevara León

La cerámica Nazca

La cerámica Nasca se destacó en la tecnología cerámica logrando resultados extraordinarios en el aspecto decorativo de las piezas, variedad amplia en la gama de colores, la textura y brillo de la superficie.

Los estudios realizados de la cerámica Nasca han definido cinco momentos importantes de la cultura Nasca. En ambos extremos de la secuencia cerámica existen nexos estilísticos con la cultura Paracas y sus dos períodos, que hemos descrito, y la cultura posterior Wari. En términos de "encadenamiento" podemos entender mejor el desarrollo de los estilos cerámicos en la región.

Existe consenso en las particularidades de cada una de las fases; aunque existen seis secuencias con denominaciones diferentes, una de ellas con nueve fases resultado de un minucioso trabajo en las colecciones. La decoración y los motivos iconográficos, en primera instancia, y luego las formas, han sido base de la secuencia cerámica Nasca.

Una primera fase, que es el nexo con la cerámica de la cultura Paracas y otras sociedades, es la Proto-Nasca. Es una fase de transición en la que con la técnica decorativa de las piezas Paracas Cavernas (básicamente incisiones lineales y su policromía) pero con un detalle de Paracas Necrópolis (la pintura precocción) y un nuevo repertorio iconográfico, donde desaparece el felino, se crea un nuevo estilo cerámico en un fenómeno cultural diferente.

Las representaciones son sobretodo animales y vegetales con formas naturalistas sin mayor estilización ó adiciones de otros elementos; se representan las primeras cabezas trofeo. La variación de las formas cerámicas es mínima respecto a las piezas Paracas: la botella globular con dos picos pequeños y asa puente y el plato serán aún populares y sólo cambiaran en algunos detalles a través de los períodos; y se añadirán al repertorio algunas formas nuevas, piezas abiertas: aparte de los platos con paredes rectas, se populariza la taza, el cuenco y el vaso de paredes altas (fig ). Las formas varían de perfiles globulares a perfiles angulares en el cuerpo.

La fase Nasca Temprano (100-200 d.C.) muestra claramente un nuevo estilo, con rezagos de Paracas, con motivos simples, naturales, convencionales asociados a otros más complejos que combinan elementos humanos y animales: es el inicio de las representaciones llamadas fantásticas de Nasca a partir de la combinación de seres vivientes y más tarde elementos geométricos (fig ). Es el período denominado Monumental (refiriéndose a la decoración) de J.H. Rowe.

Escrito por :Alexis Guevara León

La cerámica Recuay

Esta cultura se desarrolla en el Callejón de Huaylas y valle alto del Santa, hacía el 300 d.C., y destaca por su arte lítico muy particular. Su área de extensión es la misma que la del período Chavín Temprano; la escultura no guarda ningún parecido con ésta y sólo se repiten temas comunes: representaciones de felino, serpiente y águila. El área de origen de Recuay parece haber sido el valle del Santa, donde Larco Hoyle postuló que se originó, resultado de contactos con la cultura Gallinazo. Sin embargo, su cultura material se concentra en la zona del Callejón y en la zona de Pashash. Quizás los contactos con Gallinazo se realizaron ya formada la cultura Recuay (se nota en la decoración geométrica), cuando Mochica se desarrolla en Vicús, y Gallinazo aún no había desaparecido.

La cerámica Recuay se caracteriza por la decoración negativa, sobre la pasta de colores crema confeccionada con una arcilla muy fina llamada kaolín. Su decoración se realiza con tres colores básicos, negro, blanco y rojo.

El fondo oscuro que forma amplios paneles con decoración geométrica (fig ), se realiza con el humo del horno (ver técnicas) sobre la pasta crema. Luego se añadirá decoración con el blanco y el rojo.

La pasta clara de las piezas es resultado del tipo de arcilla usada: el kaolín, de grano extremadamente fino pero de poca plasticidad que no necesitaba un desgrasante para conservar la estructura durante la cocción en atmósfera oxidante, en hornos abiertos. Las piezas eran formadas por la combinación de moldes y formas modeladas.

Además de la técnica negativa sobre las piezas claras, que es muy deleble o fugitiva, hay decoración en positivo de rojo y negro sobre el blanco. Los motivos decorativos son básicamente geométricos, con cabezas de felino y otros animales estilizados (fig ), muy similar a los motivos de la cerámica Gallinazo. No se usa más la decoración incisa o alteraciones de la superficie para decorar.

Las formas de las piezas cerámicas son variadas: pequeñas copas y tazas con base de pedestal bajo y amplio y algún apéndice escultórico ó sin el pedestal , trípodes , cántaros globulares con cuello abierto y alto con algún apéndice escultórico , representaciones de pastores y llamas.

Muy particulares de ésta cultura son los cántaros cúbicos con cuellos altos y labio muy amplio , con representaciones sobre la parte superior; se trata de escenas de ritos entre estructuras arquitectónicas, escenas ceremoniales con personajes escultóricos. Estas piezas tienen un pequeño tubo en una pared para desaguar el líquido del cuerpo, por ello son llamadas pacchas, recipientes relacionados con ritos de fecundidad y ceremonias al agua, muy usados también durante el Tahuantinsuyu.

Escrito por :Alexis Guevara León


La cerámica Cupisnique y Chavín

Este momento cultural fue denominado Chavín por J.C. Tello, en la década de los años veinte. Tello sugirió que el origen cultural del centro ceremonial de Chavín de Huántar era selvático, a causa de los rasgos de jaguar y de serpiente de su iconografía, y de Chavín se irradió la corriente religiosa y manifestaciones iconográficas tempranas presentes en la sierra y la costa norte y central. El mismo constató las manifestaciones de ésta tradición temprana en la costa, en los valles de Nepeña (sitio de Punkurí) y de Casma (sitios de Sechín, Moxeque, palca y otros). En las últimas décadas, otros investigadores han seguido sustentando el origen selvático de la civilización: las evidencias de plantas selváticas adaptadas ó consumidas por gente costeña es sugerente. Además existen en la vertiente Oriental sitios como Kotosh y Shillacoto, cuyo desarrollo cultural pudo ser portador de civilización. Una segunda opinión sobre el tema fue planteada por Larco Hoyle quién llamó Cupisnique a la tradición de cerámica temprana de la costa norte y sugirió que era el antecedente temporal y estilístico al sitio de Chavín de Huántar. La idea del origen selvático de la imagen del jaguar y la serpiente queda descartada al haberse comprobado la existencia de éstos animales en la costa norte.

Los datos de fechados radiocarbónicos en los centros ceremoniales Formativos de la costa han demostrado que son más antiguos que el sitio de Chavín de Huántar. Estas construcciones (llamadas templos en U) de la costa se inician a partir del 1200-1100 a.C., y la Galería de Ofrendas, donde existen una serie de estilos que indican contactos con otras regiones y en especial el Cupisnique de la costa norte, se construye hacia el 800 a.C.. Ante éstos datos indiscutibles prevalece hoy ampliamente la versión de Larco.

La historia de la cultura y del sitio de Chavín se resumiría así: en un primer momento, Chavín Temprano, la tradición local estará acompañada de la presencia de la tradición cultural costeña de Cupisnique y la tradición selvática; la presencia de éstas tradiciones demuestra la importancia que adquiere el sitio; en un segundo momento, Chavín Tardío, Chavín de Huántar se convierte en un centro irradiador de un estilo iconográfico (de base religiosa) hacia la costa sur y sierra sur. Se difunde entonces el estilo "Chavín Clásico" cuya principal fuente de inspiración (en su forma y estilo) es la tradición Cupisnique.

Los estilos de la cerámica tienen una estrecha relación con el estilo del arte de piedra. A su vez, se postula que los textiles fueron el medio más eficaz de difusión del arte que se plasmó en piedra y cerámica. Este último hecho, resultado de la irradiación de ideas, se comprueba fehacientemente con los textiles de Carhua en Ica; éstos influyen realmente en el estilo local como se comprueba con la cerámica Paracas Cavernas.

Escrito por:Alexis Guevara León

Vicus Es De Todos Los Peruanos.

  Los restos Vicús se encuentran en áreas planas, en la base del cerro del mismo nombre y también a 6 1/2 kilómetros al sureste, en un pequeño promontorio llamado Yécala o El Ovejero. Un segundo gran asentamiento de esta cultura está a tan sólo 40 km. de distancia, en las cabeceras de los ríos Yapatera y San Jorge (Frías). Ambos lugares son las "estaciones tipos" de una cultura que habría ocupado "la cuenca del río Piura, desde Tambogrande posiblemente hasta Salitral, extendiéndose hacia el norte por los cauces de los pequeños ríos tributarios del Piura, Río Seco, Yapatera, Charanal, Las Gallegas, Corral, etc. para seguir por Chalaco, Santo domingo, Frías, Suyo, Ayabaca, hacia el río Macará con posibilidades de extenderse hacia la sierra sur del Ecuador". (Matos, [0433]: 92). Cronológicamente se ubica a Vicús entre los 500 aC y los 700 dC aunque hay quien sostiene que habría durado hasta la misma presencia Chimú (1110 a 1200 dC) (Richardson, [0441]).

 

En Vicús confluyen varios estilos cerámicos en los que hay diferentes componentes culturales, cuyas asociaciones y secuencias no están todavía totalmente esclarecidos. Se aceptan dos grandes grupos: uno, el Vicús/Vicús, a su vez subdividido en tres fases: Vicús monocromo o de cerámica utilitaria, la conocida como Vicús blanco sobre rojo (que es más antigua en el Ecuador que en nuestro territorio y que ha sido el sustento de aquellas posiciones que señalan a Piura como dependiente de la impronta cultural de los Andes septentrionales y la transmisión cultural de norte a sur), y la más común o Vicús negativo, con mejor pulido y acabado. El segundo grupo, Vicús/Moche, en la que el blanco sobre anaranjado es lo representativo de la cerámica. Este marcada diferencia estilística interna de la cultura Vicús habría respondido a una semejante heterogeneidad en la tradición local desde el mismo formativo (Bonavia, [0415]: 251; 277).

 

Las esculturas en piedra y principalmente la metalurgia son otras expresiones de esta cultura.  Las primeras son simples esbozos de figuras de hombres y mujeres en la superficie de las piedras que se acompañan de incrustaciones. Con respecto a la segunda, llama la atención la gran variedad y cantidad de objetos metálicos que produjeron (orejeras, narigueras, pectorales, barras o bastones, pequeños adornos, instrumentos de labranza) y el amplio dominio de las técnicas metalúrgicas: los Vicús comparten con las culturas norandinas el trabajo en oro u oro bañado en una sola pieza carente de articulaciones, y con las culturas centroandinas, el plateado y el amalgamado facilitado por el uso del mercurio. Son particularmente impresionantes la belleza de las piezas de cobre dorado y algunas de plata pura.

 

Vicús, más que una zona periférica o área intermedia entre las tradiciones de los Andes septentrionales (culturas del surecuatoriano e incluso de Colombia) y los andes centrales (Virú, Salinar, Moche), es una temprana muestra de como las fronteras culturales se desplazan en torno a espacios económicamente integrados. Probablemente se desarrolló como un núcleo de intercambio de productos que explotaba su ubicación geográfica como zona de transición que, por lo mismo, propiciaba la transmisión cultural.  Queda abierta la discusión sobre los factores que generaron su ocaso y su probable descenso poblacional: entre otros, la progresiva desertificación difícil de ser contrarrestada mediante la irrigación y la reorganización y desplazamiento de los circuitos de intercambio con el auge de Moche.

Publicado por: Percy Alonso Grandez Durand.

Los Orígenes De Los Vicus

Vicús tomó por sorpresa a los arqueólogos perua; su descubrimiento alteró la visión que se tenía sobre el Antiguo Perú: es una de las culturas que alcanza y hasta supera "en logros el arte y el desarrollo técnico de nuestras viejas culturas clásicas" (Lumbreras, [0432]:14). No solamente es una huella arqueológica del pasado prehispánico del extremo norte, sino uno de los estilos de cerámica más delicados y finos de todo el Perú.  Quizás Vicús ya no es un enigma ni una cultura nebulosa como la denominaron los primeros que la investigaron (Guzmán, [0421]); Horkheimer, [0423]-[0425]), pero hasta el momento sigue siendo una de las culturas menos entendidas del pasado andino (Bonavia, [0415]): 250), y de hecho no ha perdido su rol como "cultura llave" (Larco Hoyle, [0430]) para comprender las interacciones entre las sociedades prehispánicas de los Andes septentrionales y los centrales.  A pesar de todo, las referencias reunidas en el presente capítulo resaltan la importancia de su estudio para conocer el desenvolvimiento de la realidad y vitalidad regional en cuanto zona de tránsito, confluencia y articulación de las sociedades del norte peruano y del sur ecuatoriano así como para establecer los fundamentos nativos de la cultura piurana actual.

 

Inicialmente conocida como "de Ayabaca" -puesto que los primeros ceramios del estilo se habían encontrado en los alrededores de Frías-, Vicús recién fue reconocida como cultura ubicada en el alto Piura, a principios de los '60.  De un caserío anexo de la gran hacienda Pabur, rodeado de numerosas tumbas muy profundas, procedía la gran cantidad de huacos que por esa época habían inundado los mercados norteños y engrosado las colecciones de los museos y de particulares en el extranjero. La huaquería llamó la atención de los arqueólogos peruanos; más de 2000 pozos abiertos y una irracional destrucción de los cementerios fue el panorama que encontró Ramiro Matos a "las 10 a.m. del día 29 de enero de 1963" (Matos, [0433]: 92).  El fue quien determinó la real procedencia de esos ceramios e identificó su estilo, aunque sus estudios sólo se basaron en el componente cerámico superficial.

 

Muy rápidamente comenzaría a concitar la atención de los estudiosos; Guzmán y Casafranca ([0422]), Disselhoff ([0418], [0419]) realizarían excavaciones en la zona mientras que muchos otros más se dedicarían a la descripción y el análisis del material cerámico de esta cultura. Estudios muy serios y consistentes cuyo principal problema, sin embargo, es el girar en torno a un mismo material, limitado y de procedencia discutible: una o un grupo de colecciones que, por lo mismo, no permiten asociaciones científicamente establecidas y que han propiciado la división entre interpretaciones opuestas de carácter "evolucionista" (Vicús como protomoche) o "difusionista" (Vicús como colonia moche); también está en discusión si Sechura y Vicús son expresiones de una misma cultura. Muy pocos trabajos responden a investigaciones de campo directas, aunque es probable que, en un futuro cercano, se cuente con mayor información gracias al actual Proyecto Arqueológico del Alto Piura, en el que el análisis de la cerámica local se contextualiza con los datos de áreas vecinas y del que ya se cuenta con algunas tesis de bachiller (Amaro, [0414]; Murro, [0437]) como resultados parciales.

Publicado por: Percy Alonso Grandez Durand.

Exposición del taller de arte del señor Ávila!!

Piura expondra artesania en Lima:

A medio camino de la industria y la artesanía, la exposición que se inauguró ayer en la Escuela de Arte de Ávila muestra varios trabajos realizados por alumnos del ciclo formativo de artesania.

Proyectos de fin de obra, trabajos realizados en el primer curso del ciclo o muebles que han requerido más de un año para su acabado, la exposición dedicada a la artesania muestra las piezas que los alumnos han ido realizando y en las que se puede ver una selección del mobiliario más destacado realizado en las clases de este trabajo considerado “arte menor”.

En la actualidad son 17 los alumnos con los que cuenta el ciclo formativo de artesania, de grado medio, que se imparte en la Escuela de Arte de Ávila; por eso, en la exposición se puede ver desde las piezas más “sencillas”, como un espejo plano, hasta las más complicadas y que engloban en sí mismas todos los aspectos de la ebanistería.


Es el caso de un espectacular bargueño -imita a uno del siglo XVII, con cajón secreto incluido- que le llevó a su creador el trabajo -no continuo, eso sí- de dos años, ya que sólo en el puente se puede admirar la intensa dedicación puesta en el torneado y en los acabados de los tiradores, de los ensamblajes de cola de conejo, la forja, etc.

No es lo único: una silla perfectamente tapizada, mesas de ajedrez… Los muebles que pueden verse en esta exposición no llevan un solo tornillo o clavo -salvo los de los tiradores o los herrajes-, lo que implica mucha precisión, además de una dedicación que, al final, “encarece” el mueble, pero también ayuda a “distinguirlo” como “una pieza única”, según explicó uno de los profesores del ciclo, Luis….

Innovar en diseño
Por la edad de los alumnos que asisten al ciclo de ebanistería en la actualidad -entre los 20 y los 75 años, aproximadamente- los muebles que pueden verse en esta exposición son “bastante clásicos”, aunque el profesorado pretende introducir, como ya ocurre en algunas materias que se imparten en ciclos formativos de grado superior, el “diseño inmobiliario”, que incluye no sólo el diseño del mueble en sí sino también el de los herrajes, etc.

En cuanto a los materiales que se utilizan, se emplea la madera maciza, aunque procurando que los costes no sean demasiado elevados: haya, sapeli, roble, fresno y, como “algo más lujoso”, teka, cerezo o nogal, que ha tirado del presupuesto del propio alumno.

Los muebles que pueden verse en la exposición corresponden a 15 autores diferentes y permanecerá abierta al público hasta el 26 de abril, tras la que se inaugurará otra de escultura.

Publicado por: Percy Grandez Durand! 

La cerámica Gallinazo (Virú)

Coetánea a la cultura Salinar pero en el valle sureño, ésta cultura introduce el uso de la cerámica negativa en la costa norte (es usada al mismo tiempo en Vicús). Su uso se ha registrado en la cultura Chorrera; puede ser el origen de la tradición negativa de Vicús y Gallinazo. La cerámica se divide en piezas decoradas con técnica negativa y piezas llanas solo con simple engobe naranja fino sobre la pasta.

Las formas de las piezas en ambos tipos de acabado son similares: piezas escultóricas zoomorfas ó antropomorfas  ó piezas de cuerpo globular , eventualmente con pedestal bajo y expandido , con pico cónico estrecho y asa de sección circular. Tienen piezas de doble cmiddle unidas por un tubo y el asa de sección circular.

Los detalles decorativos de las piezas usan menos la incisión (solo los ojos de los animales y caras de personajes); otros detalles se logran con el aplicado de pedazos de arcilla: los dientes de los felinos.

Las pastas tienen desgrasante de arena fina pero con distribución uniforme en las paredes. Las piezas fueron confeccionadas por modelado pero hay crecientes evidencias de uso de moldes en algunas partes de la pieza, como los cuerpos.

La decoración negativa se lograba en una segunda cocción después de ser aplicado un primer engobe rojo-naranja, tal como explicamos en la introducción . Los motivos decorativos del negativo son rayas, círculos, rombos, volutas, triángulos, etc., que se disponen sobre toda el área del cuerpo, tanto en piezas de animales escultóricos como piezas de otros temas.

Las piezas llanas, sin decoración negativa, son bañadas con un engobe naranja . Tienen eventualmente decoración pictórica blanca . Una pieza, de forma Virú, anuncia la técnica de decoración Mochica: denso engobe crema con decoración rojo ladrillo sobre ella.

Una característica técnica y otra de representación, que son un fuerte punto en común con Vicús, son los vasijas silbadores  y las representaciones arquitectónicas  .

La cerámica Virú muestra influencias de la cerámica Recuay; de alguna manera éstas culturas tienen contactos en la zona del valle del Santa. A su vez la cultura Virú muestra que tuvo contactos con la cerámica de la zona de Vicús pues tiene más de una característica común, como mencionamos. Los mecanismos de éstos contactos y similitudes precisan de mayor investigación.
Escrito por: Alexis Guevara León